
ANTECEDENTES
En la antigüedad, desde los inicios de la humanidad la captación de agua lluvia para suplir las necesidades básicas, ha sido una práctica común, sin embargo, en la actualidad dicha práctica ha sido sustituida por sistemas de suministro de agua que prestan las empresas de servicios Públicos, cuyo principio es el mismo, captar aguas superficiales en las partes altas y de una riqueza hidrológica para luego ser transportada por medio de redes municipales a los centros urbanos y de ahí a los puntos de consumo en cada uno de los hogares, industrias, instituciones que demandan el líquido vital.
En muchas partes del mundo, específicamente en zonas rurales, donde no se tiene acceso a sistemas de suministro de agua potable como acueductos veredales o municipales, hay familias que continúan obteniendo el recurso hídrico por toma directa, esto quiere decir que es tomado directamente de cuerpos de agua (ríos, quebradas, nacimientos, etc.), por medio de vasijas o conduciendo el agua por manguera o por medio de zanjas artificiales; ésta agua, sí bien suple las necesidades básicas, pero no es tratada lo cual no garantiza ser apta para el consumo humano y por lo regular llega contaminada; en otros casos es comprada a altos costos ya que es conducida en carro tanques que esto es un valor agregado, pero estos no siempre tienen los estándares de calidad para transportar el agua potable lo que hace que no sea confiable a la hora de ser consumida.
Con el impacto ambiental, se comienza a despertar actualmente una conciencia que busca regresar al sistema inicial de captar agua en los sitios de consumo, lo que redunda en menores costos tanto en la captación, en el transporte e incluso en el tratamiento del agua; como alternativa se ha planteado en muchas edificaciones el aprovechamiento de las aguas lluvias que se recogen en las cubiertas de las construcciones, y lo que hace un tiempo solo se aplicaba en pequeñas casas rurales, es cada vez más común en edificaciones de gran tamaño incluso de usos institucionales, comerciales o industriales, con consumos a gran escala. Estas edificaciones, además de reducir sus costos en materia de consumo pagado a las empresas de acueducto, hacen un aporte al medio ambiente reduciendo el uso de agua de fuente de abastecimiento de los sistemas municipales, incluso ahora muchos de ellos reciben el nombre de construcciones sostenibles.